Sense passar-se de la ratlla traza la genealogía de la normalización de los consumos de drogas en el contexto catalán, des de sus inicios a las pistas de baile de finales de los ochenta al actual asentamiento cultural de las substancias. A raíz de la difusión de drogas, como la MDMA, la cocaína, el speed i el cannabis, entre jóvenes crecidos al calor de la Sociedad de Consumo, aumentaron el número de consumidores pero sin la generalización de los problemas y las adicciones propias de los heroinómanos protagonistas de los años ochenta. La normalización ha producido un cambio lento pero constante en el escenario de los consumos porque las drogas han pasado de simbolizar marginalidad y delincuencia a representar para algunos colectivos un elemento funcional en diversos contextos i tiempos. Ahora las drogas son utilizadas por personas provenientes de los más variados estratos socioeconómicos y culturales, y es en este punto, donde el libro centre el análisis para captar la actual expresión de los consumos.
A través de un riguroso trabajo etnográfico, se analizan las estrategias de los consumidores para drogarse sin desarrollar problemas severos. Es decir, la inmensa mayoría dominan las consecuencias negativas, evitan carreras desviadas i cumplen con las responsabilidades adquiridas para continuar siendo miembros competentes de la sociedad. Así pues, este trabajo representa un desafío a la lógica prohibicionista i se enmarca en los nuevos discursos sobre las políticas de drogas. En este momento histórico en que distintos Estados, y muchos otros se lo miran atentamente, han abandonado el quimérico prohibicionismo para implementar políticas de drogas más pragmáticas y sensatas para regular el acceso a cannabis. Sense passar-se de la ratlla sitúa la discusión en nuestro contexto para evidenciar el fracaso del prohibicionismo y plantear la necesidad de nuevas políticas de drogas consecuentes en los actuales usos de drogas.
