La coordinación entre los profesionales de los diferentes servicios que atendemos a las personas que utilizan drogas o que tienen consumos problemáticos de drogas es indispensable para poder dar respuestas adecuadas a sus problemáticas, optimizar los recursos y dar una atención con mayor calidad a los usuarios.
El objetivo de este artículo es el de analizar a grandes rasgos el funcionamiento de una red local especializada (en la atención a las drogodependencias) y su coordinación con los Servicios Sociales municipales y comarcales y la atención primaria comunitaria.
A partir de la práctica de trabajo social en el Servicio de Adicciones y Salud Mental del HUSJR (CAS), en el Centro de Actividades “La Illeta” y de la experiencia en las coordinaciones, hemos reflexionado sobre la necesidad y la forma que tienen las coordinaciones y cómo se podrían mejorar. La coordinación permite un conocimiento entre los diferentes actores, abordar holísticamente una problemática y favorecer el acceso de todas las personas a los recursos normalizados. Para ello es necesaria una sistematización de las mismas, establecer mecanismos de derivación entre los centros especializados y la atención primaria, así como un buen entendimiento entre los diferentes departamentos de atención a las personas, como por ejemplo el Departamento de Coordinación o el Departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias.
Se debe incidir en la disminución de las desigualdades sociales, teniendo en cuenta que los aspectos sociales son determinantes en la salud de las personas.