Se ha demostrado que el marco internacional actual de control de las drogas es ineficiente, incapaz y contraproducente para tratar problemas relacionados con las drogas. Ha causado más mal que bien. La investigación centrada en investigar la perspectiva del consumidor, para entender el universo simbólico de los derivados de la coca, ha demostrado que el consumo controlado es la tendencia dominante entre la mayoría de los usuarios; el uso más problemático se debe a la prohibición misma y a las condiciones sociales de privación en que se produce el uso, a pesar de que las propiedades farmacológicas inherentes a la cocaína también tienen un papel.
Para mantener la legitimidad, el paradigma prohibicionista ha utilizado estrategias diplomáticas para ocultar información que contradice sus principios. Estas estrategias se demostraron en referencia al “Proyecto Cocaína”. Los cimientos del paradigma prohibicionista se están sacudiendo a medida que la realidad de la situación de las drogas ha demostrado que se tendrían que desplegar estrategias más pragmáticas y razonables, como por ejemplo la reducción de daños y riesgos. Describimos el uso controlado y normalizado de clorhidrato de cocaína en España y lo comparamos con la situación de uso de crack y pasta de cocaína en Norteamérica.